Ms. Vanessa Marimbert
Montadora /editora

Texto: Janina Pérez Arias- Mónica Urbina Pardo
Collage: María Pérez Martín

Desde que Vanessa Marimbert se iniciara como editora, ha procurado nadar en varias aguas. De la televisión al cine, de la ficción a la no ficción, puliendo lo que ella denomina como una “labor un poco de orfebre”, que a muchas personas les suena a magia, mientras que otras —sobre todo ajenas al audiovisual— no terminan de entender de qué va exactamente armar el puzzle de una historia con todos los elementos.

Después de más de dos décadas dedicándose al montaje, tiempo en el que se ha desarrollado, afianzado, ganando seguridad y reconocimiento, Vanessa es parte del 30% de mujeres editoras.

Aunque el desconocimiento hacia su profesión sea lo menos que se toma a mal, no pierde oportunidad para reivindicar la relevancia de la edición.

Tras conseguir el premio Goya por su trabajo en El buen patrón (de Fernando León de Aranoa) en 2022, Vanessa abogaba por esa reivindicación en una publicación de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, asegurando, con toda la autoridad que le otorga su impecable trayectoria, que el montaje “es de los departamentos de los que menos se suele hablar, y, sin embargo, en él se produce la última escritura del guion, el empaquetado final que puede hacer que una película vuele de verdad y transcienda”.

¿Cómo llegaste a convertirte en montadora/ editora? ¿Cuándo te diste cuenta que esto era lo que querías hacer?

Desde muy jovencita me interesaba el mundo de la imagen, sobre todo la fotografía y el cine me gustaban muchísimo. Durante mis años de estudios de la carrera de Ciencias de la información en el País Vasco, me dieron una beca Erasmus y con la suerte de que a algunos nos dieron la oportunidad de ir a estudiar cine a la Universidad de Lieja que trabaja a la par con la Sorbona Nueva- París 3, una universidad de cine de bastante renombre. Con mi año de Erasmus estudiando única y exclusivamente cine tuve claro que quería dedicarme a esto.

En quinto de carrera me dediqué a hacer un curso de montaje y nuevas tecnologías, me di cuenta de que podría estar ahí mi futuro. Después de la reapertura de la Escuela de Cine (ECAM), que estuvo muchos años cerrada durante la época de Franco, apliqué y tuve la suerte de ser una de las cinco personas seleccionadas para mi especialidad. Una vez dentro de la ECAM, digamos que se afianzó mi gusto por el montaje y me di cuenta de que realmente eso era a lo que me quería dedicar, que se había ido convirtiendo en una vocación.

¿Qué se necesita para ser montadora / editora?

Por una parte, se necesita unas grandes dotes de sicología, de mucha paciencia y saber interpretar lo que otra persona quiere hacer en sus películas. Porque trabajas con directores de muy diversa índole y tienes que adaptarte a su sistema de trabajo, a su cabeza, a su manera de ver las cosas, pero también procurando aportar, ya que no deja de ser una profesión con grandes partes de creatividad.

Creo que también tienes que ser una persona bastante organizada, y sobre todo debes tener una pasión por probar cosas y opciones para que el puzzle funcione más allá de lo que hay en un guion.

¿Qué recuerdos tienes de tu primera experiencia profesional?

Fue muy buena. Aún estaba en la ECAM y me llamaron para hacer la ayudantía con un montador que luego fue mi jefe durante varios años. Digo que fue buena porque esta persona subía de ayudante a montador, me trató muy bien y me fue enseñando con mucha paciencia la parte laboral del montaje. Tuve pues un buen jefe, por lo que tengo un buen recuerdo. Fue con José Ares, que es un montador muy conocido y que como yo es un apasionado de su trabajo, cosa que me transmitió. Así arranqué en estos mundos.

¿Qué es lo más difícil y qué es lo más placentero de tu trabajo?

Lo más difícil de mi trabajo es cuando te topas con un director con el que no te entiendes. Te frustra no entender lo que realmente quiere esa persona o cuando no compartes gustos, con lo cual te duele montar cosas como tú no las ves. Eso es lo peor que te puede pasar ya que el trabajo es un mano a mano en la sala de edición.

Lo más placentero es ver acabado los trabajos, ver que se han finalizado con el mismo mimo que le has aportado. También puede ser muy frustrante que concluyes un trabajo que has mimado mucho y ves que, por la razón que sea, no sientes que es igual con otros departamentos, entonces te frustra que el empaquetado final no sea todo lo bueno que te gustaría.

Por eso lo más placentero es cuando todas las notas suenan en la misma dirección y el puzzle se acaba de una manera bonita.

¿Cuál es la experiencia más gratificante de tu vida profesional? ¿Cuál es la menos grata, cómo la superaste y qué aprendiste?

Es muy difícil reducirlo sólo a una, pero creo que de las cosas más bonitas que me han pasado es trabajar con el director Carlos Saura; y no sólo trabajar con él, sino también entablar una amistad. Las conversaciones con él en torno al cine, al arte, a la fotografía es una de las cosas más bonitas que me han pasado.

También he vivido otras experiencias hermosas, conocer a gente del sector que te enriquece es una de ellas, encontrarte con gente que está en la misma línea que tú, con la que compartes cosas y con quienes cierras proyectos, que han sido unas cuantas personas, ¿eh?

¿Una anécdota relacionada con tu profesión que quieras compartir?

Podría ser que al día de hoy sigo explicando lo que hago. Mucha gente no tiene muy claro en qué consiste la profesión de un/una montador/a de cine. Siempre se piensan que trabajas bajo la batuta constante de un director, no saben que pasamos mucho tiempo trabajando solos/as, que tenemos una aportación artística y creativa muy grande a la hora de compaginar todas esas piezas del puzzle, donde convergen el rodaje, los sonidos, la música. Me parece muy gracioso que todavía cuando digo que soy montadora me pregunten “¿montadora de qué?, ¿de decorados?”. Esto me sigue pasando con gente que no es del sector.

Por suerte hace tres años creamos una asociación de montaje que se llama AMAE (Asociación Montadores Audiovisuales de España), que está cogiendo bastante impulso. Nos sirve no solo para unirnos entre varios montadores para charlar sobre temas de diferente índole, sino también de cara a la difusión, de poner en valor la importancia del montaje en el cine y la televisión..

¿Cómo pueden las mujeres lograr mejores condiciones de trabajo en la industria audiovisual?

Estoy convencida de que esto sólo se consigue en la lucha diaria, es decir que en el día a día reivindiquemos cuando algo nos parece que no es correcto, que no está bien.

No sirve de nada agachar la cabeza y esperar a un momento adecuado, creo que las reivindicaciones tienen que ser de todas y cada una de nosotras. Tampoco sirve que esperemos a que un colectivo luche por nosotras.

Me parece que cada día tenemos que educar en nuestros entornos sobre comportamientos y hechos erróneos hacia la mujer y que siguen ocurriendo. No solo por la discriminación que en ocasiones sentimos las mujeres en este ámbito y en todos, sino también en relación a otros temas como el de la conciliación familiar. Por ejemplo, hay que reivindicar que lo normal es poder conciliar. Si demuestras que entregas siempre tu trabajo a tiempo, que trabajas como la que más cuando toca, la conciliación familiar no debería ni tener que plantearse.

¿Cómo se consigue una mayor visibilidad de las mujeres de la industria audiovisual?

Pasa por la sororidad, por apoyarnos entre nosotras y por dar difusión al trabajo de compañeras que consideramos que es bueno. Puesto que por parte del otro lado es más complicado que eso surja, esto solo se consigue apoyándonos entre nosotras, que es lo bonito en el fondo, para que luego esto se normalice en todos los ámbitos.

¿Qué consejo le darías a las personas que quieren seguir tus pasos?

Quizás la constancia y la tenacidad. El trabajo de cada día, el seguir formándose a medida que pasan los años, porque esta es una profesión en la que no te puedes quedar atrás, tienes que estar al día no solo en las nuevas tecnologías, sino también tener una inquietud artística que te enriquezca y que te aporte un know howmás amplio a la hora de abordar proyectos de diversa índole. Lo bueno de profesiones como esta es que te mantienen joven de espíritu porque tienes que estar al día en todo y para eso tienes que tener una forma de ser bastante activa, o esto puede ayudar bastante.

Otro consejo que daría es que no duden en dejarse la piel cuando les den una primera oportunidad. Las oportunidades y los trenes pasan, con lo cual creo que hay que dejarse la piel cuando uno por fin consigue una buena oportunidad laboral.

 

Selección de trabajos

Cine (selección)

María querida (José Luis García Sánchez, 2004)

Santa fiesta (Miguel Ángel Rolland, 2016)

Amar (Esteban Crespo, 2017)

Renzo Piano, un arquitecto para Santander (Carlos Saura, 2018)

El Plan (Polo Menárguez, 2019)

El rey de todo el mundo (Carlos Saura, 2021)

El buen patrón (Fernando León de Aranoa, 2021)

Las paredes hablan (Carlos Saura, en postproducción)


Televisión (selección)

Ochéntame... otra vez (2014)

Buscando el norte (2016)

Estrecho (2018)

Estoy vivo (2017-2018)

Hit (2020)

Las noches de Tefia (en postproducción)

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